LA PASIÓN:
“La pesca submarina es aquella que se practica buceando a pulmón libre, sin utilizar ningún tipo de elemento que permita la respiración en inmersión ni de medios mecánicos de propulsión (RD 347/2011 Pesca Recreativa).” Esta es la definición formal de una modalidad de pesca recreativa que, si bien es la menos numerosa en proporción al resto, se puede decir que es la que contiene a los practicantes más acérrimos. Ser pescador submarino está al alcance de todas las personas, pero no todas las personas valen para ser pescador submarino: Para madrugar un fría mañana de invierno, meterse en un medio que no es el tuyo, pasar frío, bajar unos metros infinidad de veces al fondo del mar y volver a subir por el mero intento de capturar un pez, no todos valen. Encima, son muchas las veces en las que se vuelve a casa con el portapeces vacío, pero con la satisfacción de haber disfrutado y solo los pescadores submarinos sabrán que eso es una realidad, los apasionados a los que “el bicho” les picó saben lo que digo. Cuando ese impulso indescriptible que te empuja a ir a pescar se activa, podemos decir que se inicia una reacción en cadena que lleva aparejadas diversas consecuencias.
La pesca submarina es aquella que se practica buceando a pulmón libre, sin utilizar ningún tipo de elemento que permita la respiración en inmersión ni de medios mecánicos de propulsión (RD 347/2011 Pesca Recreativa)
EL ALIMENTO:
La pesca submarina no es montar en bici, no es salir a correr, no es jugar el fútbol con los amigos, etc. Del mismo modo que ir a recolectar setas por el bosque no es un deporte, hacer pesca submarina tampoco lo es (salvo cuando se hace con objeto de la competición). El ser humano tiene una serie de necesidades primarias en la que la más importante es comer. En la sociedad moderna española, por suerte, el número de personas que van a pescar por una necesidad de subsistencia es muy pequeño, pero esto no quita para que los practicantes de pesca submarina en particular y pesca recreativa en general, estén comiendo pescado fresco gracias a que practican la actividad, teniendo una considerable aportación a la soberanía alimentaria de las regiones costeras y archipiélagos de España. Según estudio del CSIC (Gordoa et alum, 2018), en España hay casi 900.000 practicantes de pesca recreativa y capturan al año 42.257 Tm de pescado, con el consiguiente aporte a la autosuficiencia alimenticia de las correspondientes regiones en las que residen los núcleos familiares de dichos pescadores recrea vos.
Según estudio del CSIC (Gordoa et alum, 2018), en España hay casi 900.000 practicantes de pesca recreativa y capturan al año 42.257 Tm de pescado
El autoconsumo que realizamos los pescadores submarinos no suele ser tenido en cuenta incluso por nosotros mismos, ya que nos parece una obviedad comerte lo que pescas. Los núcleos familiares de los pescadores recreativos, así como padres, hijos, y abuelos de éstos comen pescado fresco, un producto km0 con casi nula huella de carbono, gracias a que practicamos actividad. La asignatura pendiente que tenemos es poner en valor el autoconsumo, la principal consecuencia de hacer pesca recreativa, que cubre una necesidad primaria, y que no es una nimiedad en comparación con cualquier actividad deportiva al uso.
LA SOSTENIBILIDAD:
Por desgracia la pesca submarina ha sido una actividad poco documentada hasta los últimos años, y en muchas ocasiones se ha hecho de manera dirigida para satisfacer peticiones de lo que en un primer momento fue sector económico y con el paso de los años se ha convertido en un lobby. Hay mucha literatura científica sobre pesca submarina a la que se podría hacer referencia, pero para no extendernos mucho vamos a citar la clasificación de artes de pesca que realizó Asmund Björdal y que la FAO, Food and Agriculture Organization, (Agencia para la Alimentación de las Naciones Unidas), y que cataloga a la pesca de lanza/arpón como la más sostenible de las que se practican, otorgándole una evaluación de 8.4 sobre 10:

Cuando practicas la modalidad de pesca más sostenible que existe, parece difícil mejorar eso, pero aún así mejoramos: la pesca recreativa tiene una limitación diaria de capturas.
LA SOCIOECONOMÍA:
Si el autoconsumo es ignorado frecuentemente en los practicantes de la pesca recreativa, la socioeconomía aparejada a la actividad no lo es menos. Derivado de la práctica de la pesca recreativa hay aspectos socioeconómicos muy signicativos en lo relativo a la generación de empleos directos, indirectos e inducidos, que van desde pequeños comercios de venta de artículos de pesca, venta y mantenimiento de embarcaciones, hasta las marinas o muelles deportivos, los cuales son una muestra clara de convergencia de la náutica y la pesca recreativa. La pesca recreativa es practicada por personas de todos los espectros sociales, desde los más humildes hasta los más pudientes, teniendo en común dos elementos fundamentales: obtienen pescado fresco con su actividad y contribuyen a las arcas públicas vía licencias e impuestos en cada una de los pagos que llevan a cabo, que van desde un anzuelo para un pescador de caña de orilla, un traje de pesca submarina hasta un pantalán de un yate de un pescador de curricán. Todo esto pone en relieve lo que es económicamente la pesca recreativa para la obtención de ingresos para la Administración, y que a la postre se traducen en políticas de bienestar para los ciudadanos tales como sanidad, educación, carreteras, etc.
La pesca recreativa es practicada por personas de todos los espectros sociales, desde los más humildes hasta los más pudientes
Por tanto, teniendo en cuenta todo lo anterior, nuestra pasión por la pesca submarina trae aparejado un alimento de calidad para nuestro núcleo familiar con el autoconsumo de las capturas, y alimento para las empresas que tienen su actividad económica y de empleo en la venta de los materiales y accesorios que posibilitan que pesquemos, todo ello cumpliendo con la premisa más importante: que nuestra actividad sea ambientalmente sostenible y permita la práctica de la misma para las generaciones futuras.